sábado, 30 de octubre de 2010

Otra historia de Don Juan de la Selva


Don Juan había estado buscando ciertas plantas curativas que necesitaba, iba en su canoa por las riveras del río Apu Paru (Ucayali), estaba en eso cuando en un punto alejado de su casa lo sorprendió el atardecer y decidió prepararse para dormir. Buscó un árbol alto cerca a la orilla, primero amarró la canoa y luego subió a prepararse un lecho rústico y comer algo del platano y pescado asado que tenía en su shicra (bolsa). La luna era enorme y brillante, alumbraba toda la selva. El árbol donde estaba no tenía ramas ,muy tupídas y podía disfrutar el paisaje,luego de terminar su comida, se dispuso a descansar, trató de dormir, no lo conseguía, tenía cierta molestia que no identificaba muy bien y que lo turbaba. Se tendió boca arriba acordándose de las historias que le habia contado su abuelo hace tiempo, cuando era niño, ese recuerdo lo llenó de una cálida alegría por su querido abuelo. Sus historias favoritas siempre fueron los de las sirenas y gente del agua tambien las historias de las Mil y Una Noches. Esta mucho tiempo en estos recuerdos cuando escuchó un murmullo que aumentaba de intensidad poco a poco, al darse vuelta y mirar habia abajo, hacía el río, se quedó sorprendido al percatarse que había miles de otrozas de madera flotando en el agua, a la manera que tienen los madereros de transportar los troncos por el río. Pero eran muchísimas, parecía que todoelcauce estuviera cubierto. Su sorpresa se transformó en alarma cuando se dió cuenta que los troncos no viajaban a la par que la corriente, si no contra ella, es decir estaban surcando el río, lo cual era imposible.
Dándose valor bajó del árbol y asegurando su canoa se puso a observar las trozas mas de cerca, parecían trozas normales de troncos de diferentes tipos. Se subió a una troza y empezó a saltar de una a otra en dirección a la orilla opuesta. Estaba a punto de conseguirlo cuando resbaló y rapidamente con su machete clavó en un tronco para no hundirse y sostenerse, entonces escuchó un grito terrible queprovenía delmismo tronco donde estaba asido, terriblemente asustado y arrancando el machete logró saltar a otro tronco y luego a otro hasta alcanzar la orilla. Entonces las trozas empezaron a elevarse hasta estar flotando sobre el río y avanzaron hasta desaparecer y todo quedar en silencio.
Ya comenzaba a amanecer pero no podía ir por su canoa que estaba al otro lado, y empezó a caminar, conocía la zona y llegó a su casa al atardecer,muerto de hambre, cansado y sorprendido de todo lo que había visto. Agradeció a Dios que lo mantuviera a salvo y le contó a su esposa todo lo que había pasado, después con algun vecino podría ir por su canoa, pero al dia siguiente, luego de un merecido descanso.

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