Yo te perdono Lima el haberme parido
en un quieto verano de abanicos y moscas.
Por varias veces fuime lejos de tu pechuga
y conocí avenidas con el pelo rapado
divanes consumidos por las pulgas prendadas de mi cuero;
pero tambien hamacas colgadas de la luna.
Y en todas partes, Lima, te extrañaba.
(de "Informe al rey y otros libros secretos" 1967)
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