viernes, 7 de noviembre de 2008

Blue


El niño se encontraba en medio del camino que se perdía de vista mirando hacia el frente. No recordaba cuando había empezado esa larga caminata y tampoco sabía hacía donde iba, pero algo dentro le decía que tenia seguir, aunque ignoraba totalmente la razón de esto.
El camino era ancho,de piedra color azul cielo, pulido, impecable. A los lados se veían prados y mas a lo lejos las sombras de lejanos bosques. Los colores azul y blanco pintaban todo con sus infinitas combinaciones, aunque predominaba el azul. El paso del niño era constante, pero lo suficientemente tranquilo para observar el paisaje. Su mirada se perdía por momentos solamente en el camino, sin mirar a los lados.
Al rato se encontró con muchas flores que estaban a los lados del camino, se acercó y eran muchísimas y movían sus tallos lado a lado mientras hablaban entre ellas, como todas hablaban al mismo tiempo lo único que se escuchaba era un bullicioso murmullo. El niño las saludó muy amablemente y la bulla cesó. Silencio por un instante, luego una suave y perezosa voz le dió los buenos días, era una flor muy grande de color azul con lineas blancas, era como una campanilla gigante, ondeaba sus pétalos mientras hablaba. El niño le preguntó si sabía hacía donde llegaba el camino, la flor se irguió lentamente hasta incorporarse por completo y ser mas alta que él y lo miró con cierta altanería. Le respondió que no sabía el propósito del camino y tampoco le interesaba ya que ella era muy feliz donde estaba y no necesitaba estar caminando por ahí. Era feliz así, le dijo que saberse bella y el halago de los demás era lo mas importante y que no entendía otras razones. Al terminar de hablar la Flor Grande empezó otra vez el murmullo de las demás flores. El niño quiso hablar pero no pudo. Empezó a caminar nuevamente y dirigió una última mirada a las flores, sintió algo triste en su pecho, pero la sensación desaparecía a medida que avanzaba en el camino. Más adelante el paisaje cambió un poco, los prados dieron paso a arbustos parecidos a nubes, esponjosos, de color celeste, de pronto sin saber de donde apareció un perrito blanco saltando y moviendo la cola, jugaron un rato y el perrito le siguió y prosiguieron juntos la marcha. El niño ya no se sentía tan inseguro como al principio, más bien caminaba contento junto a su nuevo amigo con el que jugaba mucho.
El camino siguió igual un buen rato mas, hasta que llegaron donde se dividía en dos. Se quedó mucho rato pensando y no sabía que hacer, cual escoger. Se puso a observar a lo lejos la ruta de ambos caminos, el paisaje era igual, ambos caminos se perdían en idéntico paisaje de arbustos en forma de nubes gordas, como ovejas y al fondo parecía como una luz. No se podía decidir y el perrito seguía ladrando y corriendo de un lado a otro, pero él no pensaba en jugar en ese momento. Siguió pensando un buen rato y cuando miraba ir y venir de un camino a otro al perrito lo entendió todo, cada uno tenia que tomar uno distinto, era lo que el perrito le estaba tratando de decir. Los dos se miraron y corrieron a abrazarse un rato, luego cada quien partió por su lado, pero ambos estaban contentos.
El niño caminaba y variaba el paisaje, ahora los arbustos eran mas altos y se veían algo luminosos. Se sintió muy liviano, casi no sentía su pies tocar el suelo, era un sensación muy agradable como si estuviera flotando, pero avanzaba igual. La luz empezó a crecer de intensidad y los arbustos a desvanecerse suavemente, mientras una suave y tranqulizadora música lo inundaba todo, se podía sentir la tibieza de la música, era maravilloso. El niño vió venir hacía él una luz muy intensa y luego no sintió nada más. Silencio. Olvidó todo: el recuerdo del camino, la flor, el perrito. Lo olvidó todo. Algo le jalaba de la cabeza, pero no sabia que cosa era, era algo tibio. Empezó a gritar y a llorar. Jalaron mas fuerte de y salió a una luz muy intensa, gritó y lloró. Una voz: " Es hombre".Dijo el medico a los padres en la sala de partos.

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