viernes, 1 de julio de 2011

Luis Hernández - 1001, ODISEA DEL ESPACIO (2001 y una noches Blanca Nieves y los 007 enanos)



El Astronauta echó una última mirada sobre La Tierra, y después otra.

No podía apartar sus ojos de aquel zafiro incrustado en el espacio:

Su nave dirigíase a Júpiter y sus catorce satélites. Y al fondo la música incesante de las esferas. Porque así debe ser cumplir lo soñado.





En el camino que se extiende al mismo del acantilado encontré alguna vez la vida que es mía. Se llegaba a los ojo una superficie cuarteada, surcada, calma y serena como es hábito de las hojas. Tú llevabas con simpleza lo inolvidable lo para mí inolvidable:
El capitán Paxton seleccionó dos láminas de silicio, insertó en los controles de la astronao y se dispuso a resolver el rumbo.

Luego de arrojar por la escotilla dos calculadoras electrónicas, amartizó intuitivamente.

Phobos y Deimos, pobres rocas aherrojadas por las leyes d la gravitación, daban al cielo de Mars un cantábile de Año Nuevo terráqueo.

Cuando en el Lawn Tennyson de la Exposición se arrojA uno a la piscina, porque el llamado smoking no es para un corazón
De algo me hablas
Pero el estruendo
De tu corazón...


-De "El Curvado Universo" serie de cuadernos 1971-1975.

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