Tus labios como autopistas circulan a mi alrededor,
construyen puentes peatonales sobre mi pecho.
Corren los autos, como tus manos y desandan las señales pintadas de blanco.
Los tuneles no son oscuros, atrapan esas luces, esas las que pasean. Las usan un rato y luego las dejan por otras más jovenes.
Todo huele a canela, las autopistas se besan.
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