miércoles, 25 de noviembre de 2009

Bufeos


La selva amazónica es mujer y como es usual en su género, es misteriosa, seductora y sensual. Un monte de Venus que debemos preservar, no destruir.
Los delfines de río, más conocidos como bufeos, son protagonistas de un sin fin de historias, cada cuál más fantástica que la otra.
La mayoría de la población mestiza que vive en los poblados y caseríos de las riberas de los ríos, generalmente en la pobreza absoluta, los ven prácticamente como demonios y en parte esto ha llevado a veces a una caza indiscriminada y cruel, basada en una ignorancia absurda y temeraria, lo que está llevando a casi la extinción de esta inteligente raza de mamíferos acuáticos.
Los habitantes oriundos , es decir los miembros de las distintas etnias: shipibo conibos, piros, ashaninkhas, cashibos, etc, los tratan con respeto, como debe de ser, demostrando mas amor a la naturaleza que los “invasores”.
En la época del auge del caucho, entre los años de 1890 y 1915, fecha en la que declina esta industria, por la competencia de una planta transplantada en Ceilán y Singapur, cuyo costo era mucho menor para los europeos. En esos años, muchos hombres de distintos rincones del Perú y también de otros países, se dirigían a la amazonía pata trabajar como peones y ganar los suficiente para vivir bien, aunque la mayoría de veces sufrieron terribles abusos, incluso la muerte de parte de patrones inescrupulosos, además de la hostilidad de la vida en la selva. Los caucheros se internaban en el monte a extraer la sustancia lechosa de los árboles de caucho, necesaria para fabricar los neumáticos. Este trabajo era solitario muchas veces, sólo acompañado de lo sonidos del bosque. Pocos llevaban a sus mujeres y el trabajo exigía estar muchos meses en la selva, sin salir a ciudades como Iquitos u otros pueblos. En la soledad buscaban consuelo y lo encontraban en las bufeo hembras que a veces se quedaban dormidas, panza arriba, en las playas de arena de los ríos. El sexo de estos animales es similar al de las mujeres y complacía a varios hombres que las buscaban. Sin embargo, dicen que el orgasmo era tan intenso y la vagina apretaba succionando el pene de una manera tal que se quedaban como en una especie de trance , sin tener ninguna reacción, con el peligro de ser arrastrados al agua y morir ahogados, lo que pasó a muchos. Por esto iban en parejas, mientras uno copulaba y cuando al momento de eyacular se quedaba semiinconsciente, el otro lo despertaba a palazos para que pueda reaccionar. Historias de abuelos, de los cuales no tengo mucho derecho a dudar ya que varios de ellos me han contado estas historias, abuelos jeropas!. El pene del bufeo macho es similar al humano y es usado como amuleto del amor, conservado en perfume. Esperemos que se acabe esta tonta y cruel creencia.

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