martes, 28 de septiembre de 2010

La Historia del arquero celestial Yi y de los diez soles.


En aquellos lejanísimos tiempos no había un solo sol, sino diez. Eran hermanos y se pasaban la noche jugueteando en el mar, bañándose para conservar su brillo y después descansaban en el gran árbol llamado Fusang, mientras uno de ellos recorría el cielo para dar luz y calor a la tierra. Las personas pensaban que sólo había un sol, pues nada sabían del árbol Fusang ni de los otros nueve soles,que descansaban más allá del océano.
Estos diez soles eran hijos del dios del este, Dijun y de su esposa Shiho la diosa del sol. Un día los diez hermanos como niños maleducados y desobedeciendo a sus padres salieron al mismo tiempo al cielo, en vez de esperar su turno habitual. Con diez astros brillando con fuerza, fue demasiada la luz y el calor y casi todo se quemó. Los soles estaban felices con su resplandor y pensaban que la gente los estaba también, pero no era así, la gente los odiaba, se secó la tierra, las cosechas morían, como los árboles y las flores, parecía que las piedras y minerales se derretían. La sangre golpeba fuertemente en las venas de la gente y se podía respirar con dificultad. No había casi nada de comer, y de beber menos, porque la mayoría de ríos y lagos y demás fuentes de agua se habían secado. Para empeorar más las cosas unos terribles monstruos salieron de las selvas y también de las profundidades de los ríos y lagos. A pesar de que el padre de los soles vivía en el cielo, escuchó las súplicas de la gente y las del emperador Yao. No pudo ser capaza de controlar a sus hijos con razones, decidió tomar medidas drásticas y llamo a un arquero celestial, Yi y le dio un arco rojo y un carcaj lleno de flechas blancas y lo mandó a la tierra.
-Haz lo que debes, pero no les hagas mas daño del necesario.
Yi, con su esposa Chang´o se dirigió directamente al palacio del emperador y vió con sus propios ojos la terrible desolación de la tierra. Tomó una flecha y apuntando a uno de ellos, disparo, al momento una bola de fuego cae al suelo. El aire se alivió un poco y la gente respiró agradecida. Al caer la bola de fuego, todo lo que se encontró fue un cuervo gigante con tres patas derribado en el suelo. Yi colocó otra flecha en el arco y disparó, y otro cuervo con tres patas cayó, pero los demás soles seguían sin obedecer y una a una las flechas de Yi los alcanzaban. la tierra volvía a respirar de nuevo.. Afortunadamente el emperador se dio cuenta que era necesario que quedara por lo menos un sol para la tierra. Y contó las flechas de Yi y los soles, quedaban exactamente cuatro flechas para cuatro soles. Acercándose con cuidado por la espalda de Yi, le pudo robar una flecha del carcaj. Yi estaba tan concentrado que no se dio cuenta de nada y al final sólo quedó un pálido sol en el firmamento. Pero para que la tierra estuviera tranquila había que eliminar a los monstruos que causaban destrucción. Yi se dirigió a una llanura donde estaba uno de ellos, un gran pájaro que llamaban Gran Viento, que era parecido a un gran pavo real, con cola desplegada y cruel pico de aguila, que descendía en picada y se llevaba hombres y animales. Yi sabía que sus alas eran muy poderosas y que tenia que actuar con cuidado, ató una cuerda de seda a una flecha y disparo al pájaro de modo que este quedó atrapado y pudo matarlo con un cuchillo. Yi se dirigió al lago Dongting que se hallaba en la parte central del río Yang-Tsé , había una enorme serpiente que había sembrado la muerte en el lugar. Yi se acercó en un bote y la monstruosa serpiente no tardó en aparecer, su piel era muy dura y las felchas nop le hacían ningún daño. Yi tuvo que acercarse y matarla después de mucho esfuerzo con su cuchillo. La última lucha de Yi fue contra un jabalí gigante que devoraba hombres y destruía los cultivos. Ni siquiera este monstruo pudo contra Yi, que le disparo a las patas y lo arrastró vivo a los campesinos que aterrorizaba. Se organizó una gran fiesta y se mató al jabalí en una ceremonia. Luego lo asaron y se lo comieron. El emperador también estuvo celebrando el fin de las desdichas y un nuevo comienzo de brillante prosperidad y paz.. A Yi le dieron los mejores pedazos de carne para que se los llevara al cielo y se los ofreciera a Dijun como agradecimiento.

-De un cuento tradicional chino, la bella ilustración es del artista chino Chen Shen Ping, desconozco el nombre del titulo.

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